La utilización de
progresos educativos que potencien la interacción social desde muy
temprana edad produce cambios positivos a largo plazo y facilita el
aprendizaje posterior.
Hay 3
habilidades sociales básicas que se aprenden pronto:
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Imitación: Los niños aprenden de los demás por imitación. Es una capacidad emocional innata y el mecanismo social de aprendizaje más poderoso. La imitación acelera el proceso de aprendizaje y, además, multiplica las oportunidades de aprender. Los niños aprenden por observación directa de hechos que realizan las personas de su entorno, es decir, en un contexto de seguridad como son sus padres, fuente máxima de supervivencia. Al imitar autodescubren nuevos modos de resolver otros problemas.
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Atención compartida: Dos personas miran un mismo objeto o evento. Por ejemplo, un niño aprenderá a mirar en la dirección en la que mira un adulto y mirará los mismos objetos y eventos.
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Comprensión empática: Capacidad de sentir emociones y sentimientos es esencial en el proceso de maduración del cerebro.
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